Volando bajo

Pasa que durante una época de tu vida, los fines de semana tienes el mismo dilema: “¿Qué zapatos me voy a poner para la fiesta de hoy?”. Entonces pruebas entre los tacones rojos, los plata, los de animal print, las botas, o esos high heels negros que disimulan divinamente tu metro y medio de existencia. Y así pasas tus sábados: viviendo la vida entre amigos, gozando, riendo, aprovechando la oportunidad de estar en esta tierra, y de pronto, como pasa siempre ¡zaz!, ahí está el hombre de tus sueños. Y entonces el dilema de los zapatos del sábado se vuelve aún mayor y tú, la reina de la fiesta, ha encontrado un rey que comparta contigo las noches y los amaneceres. Todo es belleza.

Todo es belleza hasta que el cuento llega a su fin; porque así es este juego de vivir la vida: el riesgo que corremos al iniciar una historia, es que se acabe. Ya deja tú que se acabe por las buenas, por las malas, que te pongan el cuerno, que lo pongas tú, que se acabe el amor, que el susodicho desaparezca…. La cosa es que esos tacones que te llevaban al cielo, hoy están tirados debajo de tu cama, empolvándose mientras tú vas de una amiga a otra, no sueltas el bote de helado, y ya viste por tercera vez en el día El diario de Bridget Jones.

 Estás triste, enojada, frustrada… y ves tu hermosa colección de zapatos y tienes la sensación de que nunca más los verás amanecer en el departamento de un hombre que te lleve al paraíso erótico de tus sueños. Peor aún: piensas que nunca más los volverás a usar… y no hay más remedio que seguir comiendo helado y ver a la única persona que te comprende en el mundo: Bridget.

Si supieras la cantidad de ves que he tenido esa sensación, creerías que estoy exagerando. Y durante mucho tiempo cometí el mismo error: en cuanto terminaba una relación, calzaba tacones pensando en volar aún más alto y esperaba que de inmediato llegara una historia perfecta a borrar la anterior.

Pero, y aquí es donde el sabio padre tiempo entra al juego, hace ya un rato me di cuenta que a veces lo mejor es sentarse a descansar. Hace poco tuve la sensación de sentirme, ¿cómo decirlo?, un poco anulada del mundo. Mi historia de amor no había tenido el romance planeado y cuando quise volver a la carga, como siempre hacía, me di cuenta que no tenía ni ganas, ni actitud, ni energía… ¡ni zapatos nuevos!

Te lo voy a confesar: me asusté. Llevaba dos sábados seguidos encerrada en mi casa sin hablar con nadie y consumiendo todas esas cosas que la santa dieta me prohíbe; le llamé entonces al rey de la noche para que me sacara a pasear, es decir, al buen Infiltrado yyy…. ¡casi me desmayo cuando vi que él estaba igual que yo!

Colapso. Susto. Llamen a los bomberos. El mundo se acabó para los amigos más prendidos y con más actitud de la noche. “¿Tendré que empezar a planear nuestra vejez?”, me preguntaba… tal vez deba ir viendo algún asilo donde pasaremos el resto de nuestras vidas.

Y sin embargo, después de dos vasos de naranjada con el Infil, no sé cómo, de alguna manera cósmica, ambos, que estábamos bastante alteraditos por esto de los corazones rotos y los fines de semana aburridos, nos dimos cuenta cósmicamente que era sólo algo transitorio.

Después de comer, extrañamente, en vez ir a la fiesta más hot de la ciudad, me despedí de mi amigo y me fui a mi casa. Cambié la peli de siempre por un documental y guardé mi par de zapatos hermosos para otra ocasión.

Tomar una pausa es la mejor manera para recargar las pilas del corazón. Lo entendí hasta que decidí que no pasa nada, pero absolutamente nada, si no pruebo el cocktail que está de moda. Barras de bar y fiestas, sobran, así que volar bajo un tiempo no es ningún pecado.

Me interné el tiempo que consideré saludable y necesario en respirar profundo, quedarme en casa con pantuflas pachoncitas, leer mis novelas favoritas, escribir mucho y pensar. “Cuidado, mundo, que no tardo en volver”.

Fue fantástico… y ¿qué crees? ¡Ya volví!… y sospecho, que con la pila recargada. Veremos pues, a dónde me llevan los tacones nuevos.

Felices pasos

3 comentarios sobre “Volando bajo

  1. Ay ese infil! No me lo imagino en ese estado y a ti mucho menos, son como mis super héroes
    Pero a fin de cuentas humanos.
    Es todo un show volver a andar, así como así. Primero nos preparamos analizamos y a la carga !

    Saludos Vioverdu

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